Opinión

Lobby Social

Estamos saliendo de la crisis. O eso se empeñan en hacernos creer los Botín, De Guindos, y demás expertos. Pero son expertos en otra economía, la economía de los poderosos, la de multinacionales con beneficios fiscales, la de los rescates bancarios, la de la deuda externa. La verdadera economía. Y en parte tienen razón, pues esta misma semana hemos conocido que los bancos- sí, esos cuyo rescate estamos pagando- han crecido un 34% desde principios de año, y  que las empresas del IBEX 35 habían subido entorno a un 30% en el último cuatrimestre.

La otra economía, la nuestra, va más despacio. O quizás no sepan los expertos que, según Cáritas, la pobreza alcanza a casi el 27% de los españoles, el doble que antes de la crisis, o que el número de ricos en España aumentó un 30% desde el comienzo de ésta, o que nuestros ricos ganan actualmente, de media, siete veces más que nuestros pobres. Quizás tampoco sepan que los comedores sociales, a pesar de haber aumentado su actividad en un 20% anual desde 2010, solo atienden a la mitad de los pobres de España. Lo sepan o no, algo va mal.

 Mientras tanto, parece que el lobby empresarial vive días felices, pues desde el gobierno las órdenes son claras. Austeridad en todo gasto público que tenga fines sociales, y, a cambio, una política económica- laboral que desnuda al trabajador.

Urge, por tanto, crear el lobby de los intereses generales. Esos que cada día se defienden desde las conciencias de nuestros vecinos. Esa conciencia que está consiguiendo que nuestro país, hoy en día, no sea mera podredumbre. Un colectivo que superaría en fuerza a cualquier grupo de presión que luche contra el interés de la mayoría, como el que ha logrado vender nuestro estatuto de los trabajadores, o el que ha comprado la sanidad. Un lobby social que haga la política económica de este país un poco más igualitaria.

Como dijo Robespierre “¿Hasta cuándo el furor de los déspotas será llamado justicia y la justicia del pueblo, barbarie o rebelión?”.

Miguel Ángel Gómez Laguna