El pasado martes acudimos a la sede de la Federación Andaluza de Asociaciones de Síndrome de Down, en Sevilla, para involucrarnos un poco más en la labor social que llevan a cabo para favorecer a las personas andaluzas afectadas por este síndrome y a sus familias.
Allí nos recibió Antonio Molina, Gerente de dicha Federación, y que tuvo la amabilidad de concedernos un poco de su tiempo para contestar a nuestras preguntas.
¿Cómo surge la Federación?
Surge en el año 1992, a iniciativa de un grupo de
padres provenientes de asociaciones de toda Andalucía, que con motivo del
traspaso de competencias que se había producido desde el Gobierno Central a las
Comunidades Autónomas, se plantearon la necesidad de que aquí en Andalucía
también hubiera un interlocutor común frente a la Administración.
A partir de
esto, se constituye la Federación en Antequera y desde ese momento se empezó a
trabajar para lograr mejoras palpables en todos los ámbitos de la vida de los
casi 8.000 andaluces que se estima que hay con Síndrome de Down actualmente.
¿Cómo
es la estructura de la Federación Andaluza de Asociaciones de Síndrome de Down?
Pues la Federación está compuesta en primer lugar por la Asamblea General, que es el órgano superior. Ésta a su vez agrupa a representantes de todas las asociaciones, que son 17 y cada una tiene un representante en la Asamblea, normalmente el presidente o alguna otra persona en quien lo delega. La Asamblea General elige a la Junta Directiva de la Federación, que está integrada por 8 personas, presidente, vicepresidente, secretario, tesorero y el resto son vocales. Estas personas son las que se ocupan de la dirección de la Federación en cuanto a cumplimiento de los planes de acción y de actuación que aprueba la Asamblea. La Junta Directiva cuenta con un equipo humano que actualmente es de dos personas, el Gerente que soy yo, y la Coordinadora de Programas que es mi compañera María, y luego puntualmente cuando las necesidades lo imponen, se contrata personal especializado que se encarga de desarrollar proyectos concretos de su especialidad.
¿Se
reúnen en Sevilla?
Sí, la sede de la Federación está en Sevilla, y este
es el centro a través del cual se gestiona la Federación, todo el trabajo que
se desarrolla desde aquí y los programas que se coordinan.
¿Cómo
se financia la Federación?
La financiación, como cualquier otro tipo de
entidades del tercer sector, cuenta con un peso muy significativo de la
financiación pública, proveniente de diferentes administraciones, desde la
administración autonómica de Andalucía hasta la administración del Gobierno
Central. Esto se complementa con ayudas o subvenciones que podemos obtener de
diferentes asociaciones o fundaciones y con una parte de recursos propios que
aportan las entidades.
Desgraciadamente los recortes están afectando mucho,
fundamentalmente en el área de empleo. Las posibilidades de salir al mundo
laboral para una persona con Síndrome de Down disminuyen drásticamente si no se
desarrollan determinados tipos de proyectos, para los que, por el volumen de
recursos que implican, es muy difícil obtener financiación y desarrollarlos
íntegramente.
Con la labor social de diversas fundaciones que colaboran
enormemente para dar un pequeño impulso a este tipo de proyectos, por ejemplo a
través del Servicio Andaluz de Empleo, sí se están consiguiendo mayores importes
que permiten desarrollar proyectos de mayor amplitud. Aquí por ejemplo se han
desarrollado proyectos de ámbito económico en los que ha habido hasta 60
personas contratadas. Es por esto por lo que en el ámbito de empleo es donde
más se está dejando notar, aunque en el resto claramente también influyen;
influyen en proyectos de salud, proyectos educativos y en todos los tipos de
proyectos que recogemos, desde atención temprana hasta empleo.
¿Se
considera importante el apartado de donaciones anónimas?
Actualmente es muy residual, las donaciones que se
reciben son algo testimonial. Si hablamos del global de recursos que necesita
la Federación, está por mejorar. Fundamentalmente, no solamente aquí, sino en
cualquier otra entidad o asociación de
este tipo, los ingresos donados provienen de los padres. Son ellos los que
aportan a través de cuotas el 70 u 80% de los recursos que necesita una
asociación para desarrollar sus servicios. El resto son ayudas públicas, y como
hemos dicho antes cada vez están menguando más.
Los
recortes de la denominada “Ley de dependencia”, al afectar directamente a la
economía de las familias, también habrán afectado de algún modo a la entidad…
Nosotros siempre tenemos por bandera una
reivindicación a la Administración que no acaba de ponerse en marcha, que son
los servicios de promoción de autonomía personal, que están contemplados en la
ley y no se acaban de poner en marcha. Este es el recurso que nosotros venimos
reclamando desde el año 2006, que es cuando se aprobó la ley, y buscamos que
realmente se ponga en marcha por parte de la Administración, tanto por parte
del Gobierno Central como por la Consejería de la Junta de Andalucía. Hasta
ahora no se ha implantado, y los recursos que están recibiendo los padres se
pueden clasificar en dos: la prestación económica para crear un entorno
familiar, y una prestación a través de un centro de recursos que tiene
establecido la Consejería, llámese Centro de día o Centro educacional, siendo
estos totalmente residuales dado que la población andaluza con Síndrome de Down
que acude a ellos es una minoría.
El único recurso con el que se cuenta principalmente
es esa prestación económica que ayuda a solventar algo la carencia de
servicios, pero que no es lo que las personas con Síndrome de Down necesitan. Lo
que ellos necesitan es promocionar su autonomía y es lo que debería
priorizarse, los servicios sobre las prestaciones económicas. Además esta
prestación económica ya la han recortado un 15%, con lo cual los recursos que
perciben las familias se ven aún más reducidos.
¿En
qué consisten los últimos cambios en el marco legislativo?
Son consecuencias de la Convención Internacional
sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de las Naciones Unidas, y a
consecuencia de esta publicación y de la adhesión de España en esta convención,
eso se convirtió ya en derecho interno y por tanto en una ley más, y las
consecuencias que implica toda esta correlación de derechos que detalla la Convención
se están dejando traducir en muchos ámbitos, sobre todo en el ámbito de cómo se
ve a una persona con discapacidad, pues ya no se ve como alguien que está en un
centro sin salir, sino que va más allá, se ve como una persona que tiene
derecho a disfrutar y a desarrollar una vida en plenitud como podemos
desarrollarla cualquiera de nosotros, dentro de sus capacidades. Y aquí se
habla precisamente de desarrollar todas esas capacidades. Uno de los puntos en
los que se está traduciendo es en la rehabilitación civil, es decir, el cambio
de concepto de una persona con discapacidad, sin centrarse en las
discapacidades que tiene, y a consecuencia de eso, el cambio de la legislación
civil en los procesos de incapacitación, que es una de las cosas que a partir
de esta Convención va a cambiar.
Cambiar
de alguna manera la percepción cultural sobre las personas con Síndrome de
Down.
Efectivamente, muchas veces el desconocimiento nos
lleva a error. Se tiene idea de que son personas que no pueden llevar a cabo
trabajos o acciones como las personas normales, hay algunos casos de
discriminación, pero yo diría que el desconocimiento es la principal causa.
Además,
es más notable en las personas mayores que en las personas jóvenes.
Evidentemente, la atención temprana supuso un salto
cualitativo importantísimo en lo que es la evolución de una persona con
Síndrome de Down y en el desarrollo de sus capacidades. Hay autores que dicen
que se puede hacer más por una persona con Síndrome de Down en esa etapa de 0 a
3 años si recibe atención temprana que luego en el resto de su vida. Es un poco
exagerado pero sí podemos admitir que la atención temprana es algo fundamental
y que muchas de las capacidades que va a tener en el futuro van a empezar a
desarrollarlas ahí.
Hay que tener en cuenta que la esperanza de vida de
una persona con Síndrome de Down puede llegar a 55 o 60 años, que ya son muchos
años cuando antes estaba en 40 o 45 años. Esto se consigue comenzando a
trabajar con ellos con la atención temprana, estimulándolos, desarrollando al
máximo sus capacidades, potenciándolos y demás.
Es fundamental y se aprecia ese cambio entre una persona mayor y una
persona mucho más joven. Las posibilidades que cualquiera de nosotros tenemos
hoy día con la sociedad de la información y la comunicación no son las que
teníamos hace 40 años y con esto ocurre algo parecido, teniendo en cuenta cual
era el papel que jugaba una persona con discapacidad hace 40 años dentro de una
familia. Ahora dejamos claro a las familias cuando nace un hijo con Síndrome de
Down que es uno más de la familia, que tiene que ser uno más en la escuela y
que tiene que llegar a ser uno más en la sociedad. Esto en tiempos anteriores
no estaba claro, y ahora en cierta medida sigue sin estarlo, aunque hemos avanzado
muchísimo. Hay que tener en cuenta que no es una enfermedad, es una
discapacidad de origen genético, y a partir de ahí hay que mejorar las
capacidades que tenga y que puedan llegar a desarrollar una vida muy
normalizada. Cada día tenemos más ejemplos de trabajadores con Síndrome de
Down.
Ya
hay una concejala con Síndrome de Down en Valladolid, ¿le parece populismo,
teniendo en cuenta que su palabra no es vinculante a la hora de cualquier
votación?
A mí no me parece populismo. Yo creo que son
ejemplos de lo que una persona con Síndrome de Down puede llegar a ser. No
todos van a llegar a este punto, por supuesto, al igual que cualquiera de
nosotros tampoco, pero es un ejemplo de que tienen sus capacidades y de que con
recursos y apoyo pueden llegar a ciertos sitios. Es algo que choca porque no es
lo habitual, pero es algo que no debe sorprendernos. La sociedad cambiará mucho
cuando estemos habituados a encontrarnos a personas con Síndrome de Down
trabajando en cualquier lado, porque creo que la exclusión, hoy en día, se ve (más)
en el empleo, ya que, por ejemplo, el 90% de los estudiantes con Síndrome de
Down están en centros educativos ordinarios. Ya nos hemos acostumbrado a verlos
en la escuela, y si llegamos a acostumbrarnos a verlos en los trabajos pues no
nos debe extrañar que en el día de mañana muchos lleguen a esos puestos.
¿Podría
explicarnos un poco cómo funciona el tema del voluntariado en su Federación?
Como Federación no gestionamos, por ejemplo, un
programa de ocio, por tanto no necesitamos voluntarios para ese tipo de programas, pero sí necesitamos voluntariados en otros ámbitos como coordinación de
proyectos, organización y desarrollo de actividades y talleres… Lo que quiero
decir es que una cosa es la Federación y otra las asociaciones, que quizás
noten más este tema, aunque tanto una como otras necesitamos el papel del
voluntariado que, hoy en día, es fundamental. Además, iríamos muy mal si la
sociedad se desentendiera y no estuviera dispuesta a echar una mano.
En muchas asociaciones de nuestro país cuentan con una larga lista de espera para acoger voluntarios.
Sí, suele darse en muchos casos. Incluso hay
proyectos de vida independiente de personas con síndrome de Down que han arrancado
y se han desarrollado gracias al papel del voluntariado, con chavales que viven
fuera de su domicilio familiar y que se implican en este papel.
Hay voluntarios prácticamente en todos los ámbitos,
pero quizás sea en los ámbitos del ocio, el deporte o proyectos educativos en
los que más voluntarios podemos encontrar.
¿Cuáles
son las metas para el futuro de la Federación?
Pues las metas de la Federación, se puede decir, que
son las mismas que se fijaron en el momento en que se fundó. Están muy claras:
mejorar la vida de las personas con Síndrome de Down sería la meta general, y
esto se puede dividir en metas más particulares según los diferentes ámbitos,
pero siempre con la misma filosofía de seguir reivindicando derechos e
intereses de estas personas en Andalucía; promover iniciativas legislativas;
búsqueda de recursos y muchas cosas más. En definitiva, se busca una mejora en
último término de la calidad de vida de las personas con Síndrome de Down, que
sean lo más autónomas posibles, que lleguen a ser lo más independiente que sea posible,
y que finalmente sean una persona más en el mundo en que vivimos.
¿Cree
que en los próximos años podrían cambiar las expectativas en el mercado laboral
para
estas personas?
Si la situación general para encontrar trabajo está
mal, lógicamente las posibilidades de las personas con Síndrome de Down son
mucho peores, porque son personas con discapacidad. Si a ello sumamos el factor
de la mujer trabajadora y múltiples factores más pues hace que la tasa de
empleo entre las personas discapacitadas sea baja. Esto no quiere decir que no
se haya avanzado en los últimos años, se ha avanzado mucho, y el nivel de
inserción se ha elevado notablemente. Lógicamente sigue por debajo de lo que
serían los niveles deseables y de aquello a lo que aspiramos, y la meta es
llegar a que la tasa de empleo alcance niveles aceptables.
¿Está
Europa por encima de los niveles españoles?
No creo que haya muchas diferencias. Todos sabemos
cómo está la tasa de paro en España, y puedo decir que hemos estado
desarrollando un proyecto que ha terminado en el mes de Junio, tras un año y pico, y a través de la metodología que
nosotros impulsamos y por la que apostamos que se llama Empleo con Apoyo, y que
de 66 usuarios que participaban en el proyecto, el 33% consiguieron un empleo
con un mínimo de 6 meses contratados, lo cual es un dato bastante relevante.
Lógicamente esto no es algo muy generalizado pero si es algo que nos indica que
se puede trabajar con el empleo y que se pueden conseguir resultados, además de
que se ha avanzado muchísimo en niveles de inserción laboral.
¿En
qué sector cree usted que pueden tener más oportunidades las personas con
Síndrome de Down?
Básicamente en el sector servicios. También hay
chavales que trabajan en la administración pública, fundamentalmente locales,
pero también hay alguno en la administración autonómica; otros que recurren a
sus oposiciones; que participan en bolsas de trabajo, pero fundamentalmente las
oportunidades para el colectivo se encuentran en el sector servicios.
¿Cómo
se lleva a cabo la publicidad desde la Federación?
En muchas ocasiones lo realizamos a través de la
página web y otras a través de colaboraciones que desarrollamos con diferentes
tipos de entidades, como por ejemplo, un colegio de logopedas, para hablar de
las dificultades de las personas con Síndrome de Down, o participando en
algunas jornadas, galas benéficas de las asociaciones, ferias, etc.
Principalmente estas son las vías publicitarias, a las que hay que sumar las
redes sociales como Facebook o Twitter.
¿Un
mensaje para la ciudadanía?
Insistir y promover un cambio de actitud hacia las
personas con discapacidad en general, y con Síndrome de Down en particular, y
resaltar que tienen derecho como cualquiera de nosotros a desarrollar
plenamente su vida, a participar en todos los ámbitos de la sociedad como
cualquiera de nosotros, y que por ello continuaremos trabajando.
Antonio Molina. Gerente de la Federación Andaluza de
Asociaciones de Síndrome de Down.
Muy interesante entrevista. Enhorabuena por el trabajo que realiza la Federación, y felicitaciones a los autores de este blog por los temas tratados.
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